Pasan que cosas, una semana y parece que mis eventos canonicos se aceleran a pasos rapidos. Algo que siempre me pregunto es como enero me trae ese impulso de hacerlo todo y nada a la misma vez. En dos semanas pasaron enfermedad, hechizos, decisiones, laburo, peleas y me sobro el tiempo para hacer cosas en casa. Demencia en pisando el acelerador. Como en el pasado, siempre que las cosas se mueven asi inevitablemente algo pasa que me da un sopapo que me deja quieta por un tiempo. Parte de mi dice que el equilibro esta en dar paso a paso controlando esa parte de mi que solo quiere lo justo, dentro de mis estandares. Pero me encuentro viendo como solas las cosas se arreglan, algo como la frase todo cae por su propio peso.
No digo felicidad, pero si certeza interior que crecio despues de mucho trabajo interno y aceptando que a veces se pierde, a veces duele y ya. Rutina y cuidar mi energia son el recordatorio de este año. La suma de las experiencias que me dejo este rally de demencia del 2018 hasta ahora. Creer que esos dias de metas y dejarme llevar por algo que nada tenia que ver conmigo pasaron a ser esas historias que nos repetimos para entender que dejo la marca. Laboralmente fueron años de aprendizaje por las malas y las peores pero aprendi mucho. El medio y no el fin. La responsabilidad y los limites. Lo veo ahora y sigo aprendiendo. Tal vez soy un pato de madera flotando en una tormenta, tal vez soy un capitan de mar y de guerra que lidia con nieblas y krakens a la vez.
