Siempre odie el calor, el verano me remite a mareo y sudor. Cuando estaba en la secundaria era encierro y me gustaba. Toleraba el fastidio. Ahora no veo la hora que venga el otoño. Migrañas, resfrios, calor y gente idiota. Este contexto el mundo se vuelve insoportable.
Mi presupuesto se fue al diablo, asi como mi idea de ahorrar. Algo parecido a la resignacion se apodero de mi. Tal vez estoy tan focalizada en los pequeños escenarios que no veo el cuadro completo. Tantas misiones secundarias que no puedo consentrarme en la principal. Objetivos, pasos pequeños para dar los grandes. En mi cabeza, hay ideas que se forman y una pequeña voz que dice todo va a salir bien.
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Decir que el universo se acuerda de mi seria un exceso de ego, pero tambien tengo el presentimiento que mi yo pasado conocia a mi yo del futuro, hacia cosas para facilitarle el camino. O todo es un azar hermoso que me lleva a lugares que empujan mi evolucion. Casi como un pokemon.
Sin embargo, creo que hay una verdad que ya no puedo escapar y se me hace dificil llevar toda mi humanidad, vida humana y espiritual para agregarle mas cosas a manejar.
Tal vez como dice mi amiga Angeles, todo se va a dar. No hay que empujar al rio.
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